Todos estamos sujetos a las fuerzas sociales. En nuestro tiempo, la fuerza más influyente es el capitalismo. Según Nelly Richard en Postmodernism and Periphery (1987), el capitalismo avanzado crea una sociedad que produce sujetos divididos. ¿Por qué tenemos que estar divididos?
Raquel Olea afirma en su articulo Feminism: Modern or Postmodern? (1995) que en los años setenta, las feministas pensaban que la única manera de mejorar su posición en la sociedad era tratar de conseguir el socialismo para la sociedad: “By becoming detached from her function as a mother, sole and central support of the structure of the burgeois family, woman would be incorporated fully into “productive” labor, into production,” (Olea 195). Sin embargo, las mujeres se dieron cuenta de que “this proposal can entail a reinforcement rather than a transformation of the traditional woman’s role, to which is simply added the role of being a, or the, economic provider for the household,” (Olea 195). Aun que se lo dieron cuenta de que el socialismo no funciona, creo que todavía la mujer tiene que asumir roles diferentes en su vida. Los roles distintas causan que las mujeres se dividan en partes diferentes – por eso son los sujetos divididos.
Este acontecimiento es la postmodernidad según Frederic Jameson en Postmodernism, or The Cultural Logic of Late Capitalism (1991), cuyos rasgos incluyen el disminución del amor, el simulacro (una copia de un original sin el conocimiento del original), la reducción de la profundidad, y el sujeto dividido, entre otras expressiones (Jameson 74, 78). Yo imagino la postmodernidad como una pelota flotante, como he descrito en otra entrada. La pelota puede ser una sociedad, un cuarto, un escenario, o una cultura. Dentro de la pelota están los aspectos distintos de la postmodernidad – productos de la postmodernidad, como las personas, las obras de arte o teatro o literatura, los edificios; en fin, todos los aspectos de nuestra cultura, cuales según Jameson, reconvierten en bienes de consumo (75). Todos los bienes de consumo están en forma esférica. En la transición de la modernidad a la postmodernidad, los bienes de consumo pierden su forma esférica cuando la esfera se estira y se convierte en un plano, perdiendo al mismo tiempo su profundidad. Para los humanos de la postmodernidad, esta acción no se detiene aquí. Su plano anteriormente esférico se divide en muchos partes casi convirtiéndose en una gráfica circular para asumir los roles diferentes requeridos por la sociedad capitalista.
Hay evidencia de que la sociedad capitalista produce sujetos divididos en Latinoamérica también. En su artículo Postmodernism and Periphery (1987), Nelly Richard cita a M. Periola, quien escribe sobre Latinoamérica en relación a Europa: “…a copy is secondary to the original, depends on it, is less valuable, and so on. This viewpoint therefore belittles the whole of our continent’s cultural efforts, and is at the root of the intellectual unease which is our theme,” (Richard 468). En estamanera, Richard explica que Latinoamérica es pintada como la copia, pero dividida entre los actos de copiar Europa y formar su propia identidad. Richard expone que “the mass media have obliterated the relation between original and reproduction,” (468). Entonces, ¿cómo se define la identidad de Latinoamérica? En mi opinión, Latinoamérica parece ser un simulacro desde el punto de vista de Richard. Trata de formar su propia identidad fuera de la influencia de Europa, pero asumiendo el punto de vista de Richard de que Latinoamérica es un simulacro de Europa, la identidad de Latinoamérica está extendida en múltiples direcciones. Esto causa que ninguna parte de la identidad se pueda profundizar o sea considerado individual; entonces es posible que esta identidad sea móvil y se haga en plano. Entonces, hay una división de la identidad.
La situación complicada y contradictoria de identidad de Latinoamérica en relación con Europa hace que Latinoamérica se estire y se divida. En concreto, algunas situaciones políticas en Latinoamérica también pueden evidenciar que una persona se divida. Pedro y el capitán (1979) de Mario Benedetti nos muestra un ejemplo. Escrito acerca de las dictaduras y la subsiguiente corrupción en el Cono Sur, la obra de teatro trata del capitán, el hombre que ordena la tortura de las víctimas capturadas, y Pedro, un socialista capturado y torturado. Pedro y el capitán tienen varias conversaciones en los cuales parece que se van conociendo mejor. En realidad, con la pasa del tiempo, Pedro va conociendo mejor al capitán, y el capitán va reconociendo el poder de Pedro. Los lectores vamos conociendo a los dos personajes de manera más clara. El capitán dice a Pedro que tiene una mujer y unos niños que no saben lo que hace él para su trabajo. Cuenta a Pedro que no le gusta dar órdenes para torturar, pero que tiene que trabajar por razones económicas - para mantener a su familia. El capitán le suplica a Pedro que le diga algún trozo de información para que sus órdenes de tortura no hubieran sido en vano. Pedro identifica esta debilidad en el capitán y usa esta información para que el capitán se sienta culpable y para que enfrente con sus acciones y con las consecuencias de la tortura. El capitán, entonces, se estira en la dirección de su familia, su trabajo, y ahora, a su sentido de culpa de la tortura y sus mentiras a su familia. Vemos al final de la obra que el capitán aparece dividido: “Capitán: Entonces…se lo pido a Pedro, se lo ruego a Pedro. ¡Me arrodillo ante Pedro! Apelo no al nombre clandestino sino al hombre. De rodillas se lo suplico al verdadero Pedro,” (Benedetti 86). La situación en que el capitán se encuentra le causa la división que se rompe. En el caso de Pedro, es marido de su mujer, es socialista por sus ideas, y es criminal por la dictadura. Esta es otra situación, otra fuerza que divide en le gente partes distintas.
La clave es que con la división no puede existir la profundización, porque no hay nada restante para profundizar; todo es gastado en asumir los roles diferentes en la vida. Esta es una expresión del lógico de capitalismo avanzado propuesto por Jameson, causada por el sujeto dividido y la debilitación de la afección. Les dejo a mis lectores decidir: ¿Se sienten ustedes más divididos y menos profundos? ¿Es buena esta manera de vida de la postmodernidad?
Obras citadas
Benedetti, Mario. Pedro Y El Capitán. México, D. F.: Punto De Lectura, 2006. Print.
Beverley, John, Michael Aronna, and Jose Oviedo. "Feminism: Modern or Postmodern?" The Postmodernism Debate in Latin America. Durham: Duke UP, 1995. Print.
Docherty, Thomas. "Postmodernism and Periphery." Postmodernism: a Reader. New York: Columbia UP, 1993. Print.